En 1987 viajó a Europa con su mujer, Daniela, y se establecieron en un pueblo de Barcelona, España llamado Sitges. Allí trabajó para editores de España, Inglaterra, Estados Unidos y Alemania, a través de los cuales transmitió su trabajo a todo el mundo: realizó las portadas de la trilogía Chronicles of the Shadow War, escrita por el director de cine George Lucas. Ilustró portadas de álbumes de rock, tales como The 7th Song de Steve Vai, realizó imágenes para las Cartas Magic editadas por Wizards of the Coast, trabajó para Berkley Publishing Group, Tor Books, Warner Books, Ballantine, las revistas Heavy Metal, Playboy, etc. También gusta componer música, que en algunas de sus exhibiciones puede escucharse como música de fondo
Padre de dos hijos, admite que prefiere no tener aparatos de televisión en su casa, ni juegos electrónicos.[1]
Ha publicado siete libros con sus dibujos:
- Ciruelo (1990): editado por Paper Tiger.
- El Libro del Dragón (1990): dedicó ocho meses en su ilustración para la editorial Timun Mas. Posteriormente, fue reeditado por Paper Tiger y traducido a al menos cinco idiomas.
- Luz, el Arte de Ciruelo (1997): compilación de más de 160 ilustraciones a color y varios dibujos a lápiz distribuidos en 128 páginas.
- Magia, the Ciruelo Sketchbook (2000): con bocetos y dibujos a lápiz y tinta.
- Cuaderno de viajes de Ciruelo, Notebooks (2005)
- Hadas y dragones (2008): también tiene una edición en inglés llamada "Fairies and Dragons".
- El Gran Libro del Draóon (2010): versión digital disponible solo para iPad de Apple.
Los petropictos
En 1985, después de escalar los Andes, le llevó una rara piedra como regalo a un amigo español. El hecho de haber querido escribir en ella una dedicatoria con tinta derivó en un nueva técnica creada por él: los petropictos, consistente en dibujar animales y seres mitológicos en piedras como esculturas. Rescata la forma de la piedra y aprovecha su relieve natural, marcas y texturas. Así logra un efecto tridimensional: al observarlas parecen talladas, pero son sólo dibujos.
Con pocos trazos logro un efecto tridimensional. Pero a diferencia de las pinturas, no me considero el autor de estas obras. Soy un canal; existe un diálogo entre la piedra y yo. Muchas personas lloran al verlas; no por mi trabajo, sino porque reconocen que tienen la misma habilidad. Después, ellos también ven cosas. Su percepción cambió para siempre.
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